lunes, 21 de mayo de 2007

Cuenta regresiva.

Banda sonora (aquí también): http://www.olivercontigo.com/conrctvseescribe.mp3

Nota: La "cobertura especial a Chile 21" fue cancelada, porque no había NADA que contar. La jornada de apertura contó con un videíto monísimo, la demostración de siutiquería de la directora de Chile 21 (que llegó hablando con acento español luego de estar tres semanas en España), pero contó con cero contenido, los expositores anunciados no llegaron, y tampoco llegó el más esperado por todos: Ricardo Lagos Escobar. Ahora, a otro tema.


Aún recuerdo cuando hace unos años, viera a Víctor Delgado, ex embajador de Venezuela en Chile (luego de que les recordara a Soledad Alvear y a varios parlamentarios democratacristianos su fallida participación en el golpe de estado de Pedro Carmona para derrocar a Chávez). Entonces él me explicó cómo Chávez era una real alternativa a los políticos que durante 40 años del Pacto de Punto Fijo se habían dedicado a llevarse Venezuela para la casa. Y era verdad. Después de 40 años de robo, Chávez era la opción. Y yo veía, desde mi corazón socialdemócrata, cómo Chávez era una opción, que mezclaba la defensa de un Estado fuerte con el respeto riguroso a las libertades de las personas.

Eso se acabó.

Desde el plebiscito de 2004, donde Chávez pasó la aplanadora ante una impotente oposición, Chávez cambió el discurso completamente. Ahora se dice marxista, leninista, maoísta y hasta trotskista. Comenzó a expropiar empresas. Y a cerrar medios. Comenzó a conculcar las libertades de las personas. La libertad de expresión siendo la primera.

Aún me acuerdo de la primera vez en mi vida que compré un pasquín. No fue en Chile, donde la cosa más parecida que he comprado (La Firme), aunque parecía pasquín no lo era. Era El Chichi, uno de tantos pasquines que se podía comprar en Perú a 80 céntimos de sol, publicados por el mismísimo Vladimiro Montesinos y su SIN. Y cuando vi los pasquines que andan circulando en Venezuela pro-gobierno, su tinte y su estilo, recordé esa imagen inmediatamente. Recordé más. Recordé aquella cena en la casa de los compañeros claretianos de Lima, y recordé cómo aquella mujer que nos agasajó con comida tradicional peruana recordó a su marido, asilado en Estados Unidos, perseguido por la mafia del SIN. Según cifras de Reporteros Sin Fronteras, hay por lo menos dos periodistas muertos en Venezuela. Y a quienes intentan reportar contra el gobierno ya se los intenta callar a balazos.

Radio Caracas Televisión, RCTV, con 53 años de historia, no es un canal que podamos llamar "de izquierda". Es un canal de derecha. Que inventó el paradigma de la telenovela venezolana, junto con una miríada de programas inútiles. Para que se hagan una idea: imagínense Chilevisión con la postura valórica y la historia de Canal 13 de la Universidad Católica. Pero no por ser inútiles los programas, o por transmitir monitos animados mientras Chávez regresaba triunfante al poder, un canal así merece el cierre. No lo merece, porque la gente de derecha tiene tanto derecho a expresarse como la gente de izquierda. Es un derecho humano, un consenso fundamental de la sociedad, al que la humanidad ha llegado luego de milenios de sufrimiento y evolución.

Imaginémosnos si de la noche a la mañana Michelle Bachelet decidiera dictar una ley expropiando y cerrando Canal 13 para convertirlo en un canal estatal, porque le cayó mal la entrevistadora de Telenoche. Es así de serio.

Por eso, me declaro desde este momento un firme opositor a políticas semejantes. Estoy de acuerdo con un Estado fuerte, pero no estoy de acuerdo con que se silencie a la gente, se use el poder político para convertir al gobierno en un estado autocrático, con el mesianismo y con el gorilismo, todas cosas en que está cayendo el una vez respetable Hugo Chávez.

Para que esto pase sólo faltan 7 días.

Llamen a la Embajada de Venezuela, pidiendo explicaciones. El teléfono es el 2250021. El correo de asuntos comerciales es comercial@embavenez.cl . Supongo que si mandamos correos ahí, los leerá alguien. Unámosnos todos, habitantes del planeta, por la libertad de expresión.

No al cierre de RCTV.

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